Born To Run catapultó a un joven Bruce Springsteen al estrellato y cambió la vida de todos lo que lo escuchamos por primera vez entre los 16 y los 25 años, de todos los que quisimos huir para no convertirnos en perdedores, todos los que un día soñamos con ser como los héroes de las películas, los que prometimos ser amigos hasta el final, los que quisimos saber si el amor era salvaje, si el amor era real.
Un disco épico que reflejó nuestros sueños, nuestras esperanzas y nuestros miedos y además les puso música. Cada canción relata una historia, cierras los ojos y no sólo la puedes oír, sino que también la puedes ver, historias que te atrapan desde los primeros compases del piano de Roy Bittan, crendo una atmósfera de la que no se puede escapar.
Un disco en el qu se plasmó mejor que en ningún otro la pérdida de la inocencia, el principio de ese viaje que todos tememos comenzar algún día; viaje que ansiamos y que a la vez nos da tanto miedo.
Born To Run es Bruce Springsteen, pero también es cada uno de nosotros.
